lunes, 6 de junio de 2011

Armamento después de la Segunda Guerra Mundial

Tras la Segunda Guerra Mundial, con el advenimiento de la guerra fría, se institucionalizó el constante desarrollo de nuevas armas, y las grandes superpotencias se  implicaron en una escalada tecnológica para desarrollar armas y contra-armas. Este estado de la situación armamentística continúa hasta la actualidad, y ha sido el origen de múltiples fricciones para muchos países. Uno de los aspectos más notables del armamento desarrollado tras la Segunda Guerra Mundial ha sido la combinación de  armas nucleares con misiles balísticos, que condujo a la creación del arma más poderosa que existe en la actualidad: el misil balístico intercontinental. La "Guerra Fría" también condujo a la creación de armas como la bomba atómica, que enfrentaba a sus poseedores Estados Unidos y la Unión Soviética- como potencias bélicas con potencial suficiente para destruir toda civilización humana: De hecho, ninguna de estas potencias deseaba iniciar un conflicto que sabría que sólo podría resultar en la aniquilación propia, según la llamada doctrina de la "garantía de destrucción recíproca". La naturaleza indiscriminada de estas armas ha hecho que los misiles nucleares de menor escala se consideren relativamente inútiles. La alternativa en los campos de batalla convencionales llegó gracias a la aplicación de tecnología informática, munición de alta precisión -también llamada "bomba inteligente"- y tecnología furtiva, ya habituales en diversos tipos de aviones de guerra.

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